The Single Best Strategy To Use For poder de la palabra
The Single Best Strategy To Use For poder de la palabra
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De la misma manera, nuestras palabras tienen el poder de crear o destruir. La escritura nos advierte sobre el poder de la lengua: «La muerte y la vida están en poder de la lengua; el que la ama, comerá de sus frutos» (Proverbios 18:21).
Dios nos llama a dar cuenta de nuestras palabras y a utilizarlas para su gloria. La forma en que hablamos refleja nuestro corazón y nuestra relación con Dios. Debemos ser conscientes de esto y esforzarnos por usar nuestras palabras para honrar a Dios y beneficiar a los demás.
Por lo tanto, es importante que cuidemos y nutramos nuestro corazón, llenándolo de la Palabra de Dios y permitiendo que su Espíritu nos transforme. Solo entonces podremos utilizar nuestras palabras como un instrumento del amor y la gracia de Dios.
Usemos nuestras palabras para glorificar a Dios y para ser una bendición para los demás. Que nuestras palabras sean siempre un testimonio de nuestro amor por Dios y nuestro deseo de seguir su voluntad.
Por lo tanto, es esencial que nos sumerjamos en la palabra de Dios y la dejemos habitar en nosotros. El salmista nos enseña en el Salmo 119:one zero five: «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino».
Incluso las palabras que decimos a nosotros mismos pueden tener un efecto profundo en nuestra autoestima y en nuestra percepción de nosotros mismos.
Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios.
Nuestras palabras pueden ser una fuente de aliento y fortaleza para aquellos que nos rodean, o pueden herir y destruir. Es importante recordar que nuestras palabras tienen el poder de cambiar la vida de las personas, ya sea para bien o para mal.
“Porque la palabra de Dios es viva eficaz, más cortante que toda espada de dos filos; penetra hasta partir el alma el espíritu, las coyunturas los tuétanos, discierne los pensamientos las intenciones del corazón”
Jesús nos recuerda que las palabras que decimos son en realidad el reflejo de nuestro corazón (Mateo 12:34-35). Cuando nos convertimos en cristianos, se espera que haya un cambio en la forma de hablar, porque vivir para Cristo cambia la manera en que elegimos nuestras palabras.
Nuestro testimonio será evidente en la forma en que hablamos y tratamos a los demás. Nuestras palabras pueden ser una herramienta poderosa para compartir el amor de Dios y para animar a otros a buscar una relación con él.
Si quieres conocer lo que se necesita para crecer internamente, tienes que saber en qué nivel de consciencia te encuentras actualmente y como subir a un nivel extraordinario, que es exactamente lo que veremos a continuación.
En lugar de criticar o juzgar, debemos buscar formas de animar y apoyar a los demás more info con nuestras palabras. Romanos 14:19 nos insta a «seguir lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación». Esto implica que nuestras palabras deben promover la armonía y la unidad entre las personas.
El apóstol Pablo también nos exhorta en Efesios 4:29 a que nuestras palabras sean «útiles para edificar según la necesidad del momento, para que impartan gracia a los que escuchan».